LA CUEVA DEL PINDAL
1.- Geología, geomorfología y arte rupestre
La Cueva del Pindal (350 m. de longitud) posee una planta lineal y distinguimos dos sectores: el oriental abierto al público y el occidental, de acceso restringido. Se sitúa en las proximidades de la localidad de Pimango (concejo de Rivadedeva), en el Oriente de Asturias, muy cerca con el límite con Cantabria. Esta cueva posee unas pinturas rupestres conocidas ya desde 1908.
Iniciamos nuestra ruta tomando la carretera provincial E-70 que recorre de manera casi paralela toda la costa oriental asturiana. Justo antes de llegar a Colombres (concejo de Rivadedeva) nos desviamos a la izquiera por una pequeña carretera que asciente a un cerro donde se ubica el pueblo de Pimiango. A continuación tomamos el desvio que va al Faro de San Emeterio, pero antes nos paramos en una coqueta área recreativa que tiene un magnífico mirador, desde el cual podremos observar la geología y geomorfología de la zona.
El sustrato geológico del entorno de la Cueva del Pindal data del Paleozoico, encontrándose rocas cuarcíticas de la Formación Barrios (Ordovicico), la sucesión detrítica de la Formación Ermita (Devónico) y las formaciones carbonatadas de la Caliza de Alba y Caliza de Barcaliente, sobre la cual se desarrolla todo el complejo kárstico.
La geomorfología de la zona resulta de la actuación de procesos:
1) Litorales.- Se observan dos antiguas plataformas de abrasión emergidas por procesos tectónicos y/o descenso del mar, que son la Rasa II de Pimiango (160 m.) sobre la que nos encontramos, situada al norte y que se asienta sobre la Cuarcita de Barrios; y la Rasa I (50 m.), situada al sur, que se asienta sobre la Caliza de Barcaliente.
2) Torrenciales.- Que han originado la aparición de cuencas y abanicos torrenciales en el frente norte de la Rasa II de Pimiango.
3) De gravedad.- Depósitos de gravedad (caída de rocas mas reptación) que han originado derrubios en las laderas de las cuencas torrenciales y en la zona del frente de la Rasa II de Pimiango.
4) Kársticos.- Dolinas, rellenos de materiales insolubles de la caliza y un valle ciego formado por coalescencia de varias dolinas sobre la Rasa I de Pimiango, bajo la cual se ubica la cueva.
Una vez visto y entendido la geología y geomorfología de la zona, continuamos nuestra ruta y bajamos hacia la Rasa I de Pimiango. Justo enfrente del desvio que existe para acceder a las inmediaciones de la cueva, nos encontramos con un derrubio de clastos cuarcíticos en una matríz arenosa-limosa digno de ser estudiado. En conjunto, el depósio tiene un origen torrencial, con influencia de la gravedad y del agua. Se distinguen dos niveles sin continuidad ni homogeneidad lateral. Sus clastos son subangulosos con algo de redondeamiento, lo cual indica que han sufrido transporte por agua, además observamos una granoclasificación positiva y cierta imbricación de los cantos. El color de la matríz es ocre, pues se debe a coloración por hierro, lo cual indica que no es un depósito reciente.
Una vez llegados a la Ermita de San Emeterio, localizaremos un pequeño cartel de color verde que nos informa del camino hacia la Cueva del Pindal. Por una escalera se descience a una pequeña plataforma llana y encajonada entre paredes de roca caliza. A un lado está la entrada de la cueva y la caseta de información, y enfrente el mar. La existencia de anisotropias (diaclasas, fallas) favorece la infiltración de las aguas superficiales y de los cauces próximos, que juntas forman aguas agresivas que disuelven las rocas de litología carbonatada, generando así cuevas subterraneas como es el caso de esta Cueva del Pindal.
El interior de la Cueva del Pindal se caracteriza principalmente por desarrollar formas fluviokársticas (destacando roof pendants), de gravedad (destacando depósitos de colapso que por su estructura interna, deducimos que en estos momentos es probable que se esté formando otra cueva justo debajo de la del Pindal) y de precipitación química; así como gran cantidad de espeleotemas (estalactitas, estalagmitas y columnas). La cueva sirvió de morada para el hombre del Palolítico, que plasmó sus ideas y visiones en las paredes de su interior mediante una serie de pinturas figurativas y abstractas de carácter simbólico (ideomorfas).
Fue en 1908 cuando Hermilio Alcalde del Río dio la noticia de la existencia de pinturas rupestres en la cueva. Posteriormente se iniciaron una serie de estudios que siguen hasta la actualidad.
Distinguimos caballos, bisontes, jabalies... puntos, rayas; trazados de color negro, rojo... e incluso una mano impresa. Como curiosidad, existe una representación de un pez con tres manchas rojas en la zona del vientre, que pudieran haber sido pintadas con los tres dedos centrales de la mano; y un elefante con una mancha que asemeja a un corazón. Hay también una serie de puntos, unos aislados y otros formando agrupaciones, ¿qué quiso expresar con eso el hombre prehistórico?, hoy en día no se sabe. En algunos dibujos existen manchas y rayas como si de heridas se tratase. Todo estos grabados son sin duda únicos y bien merecen toda nuestra atención y respeto.
La cueva está abierta al público durante todo el año, los lunes y martes permanece cerrada; y los miércoles las visitas son gratuitas. No se recomienda ir con niños menores de 7 años y es aconsejable llevar ropa de abrigo para la visita interior. Para preservar las pinturas no utilices flash en tus fotos y no toques con la mano las estructuras geológicas.
- Explicaciones “Salida de Campo a La Cueva del Pindal”, Geodinámica Externa. Jiménez Sánchez, M. Universidad de Oviedo.
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POSTED BY "NIMBAR" AT 8:21PM